—"Todo estaba lleno de sangre, los muebles estaban destrozados, mi camiseta estaba rajada, los cuerpos de mis padres yacían en el salón con diversas puñaladas en el pecho, estaba llorando desesperadamente tras el siniestro suceso, Yako ladraba desde el patio, y al rato, los alrededores de la casa se llenaron de vecinos curiosos para enterarse de lo que nos había ocurrido esa misma noche. A la hora, entraron unos policías en mi casa, y me encontraron escondido en el armario de mi cuarto con diversos cortes en brazos y piernas, llorando junto a mi amigo Jerry, el osito que desde siempre me había acompañado. Nadie sabía dónde se encontraba el asesino.