qwedjq

qwedjq

27 de diciembre de 2016

¿POR QUÉ A MÍ? (Parte 4)


PARTE 3

4.- LA HABITACIÓN



Ya estaba harto de estar encerrado en esta pequeña casa en ruinas. Pero se me hacía demasiado complicado escaparme, ya que lo había intentado varias veces anteriormente.

—Luke, paciencia-me dijo Nat agarrándome del brazo para que me alejara de su padre-, ven a mi dormitorio, vayamos a hablar.

Tras subir varios putrefactos escalones hasta llegar a su habitación, cerrando la puerta tras nosotros y sentándonos en la cama, empezamos a hablar.

—Ignora a mis padres y a mis hermanos, son unos idiotas...

—Eso intento, pero siempre consiguen sacarme de mis casillas.

—Bueno, seguro que algún día te dejarán tranquilo, y que por suerte te dejarán huir, sé que no te gusta lo que estás haciendo.

—Exacto, no me gusta en absoluto, aunque tengo que admitir que me gusta sentir la adrenalina por mi cuerpo. Y se me hace demasiado complicado irme de aquí, además, no tengo otra opción...

—Si por mí fuera, desearía salir de aquí y formar una familia, pero tampoco podría abandonar a los pocos seres queridos que me quedan, ya que desde siempre me han cuidado.

—A mí también me encantaría formar una familia, tener hijos y una esposa. ¿Y cómo fue tú infancia antes de que yo llegara?

—Si te soy sincera, no lo recuerdo, tan sólo tenía tres años...-soltó una leve sonrisa.

—Es cierto, no pensé en eso. ¿Y a ti te gusta tu trabajo?

—No sabría qué decirte, pero de lo que sí estoy segura, es que formamos un buen equipo-me dio un pequeño golpe en el hombro.

—Sí, es cierto, pero desde nunca he estado a favor de este "trabajo". Y nunca sabré el por qué me eligieron a mí, para sufrir tal pesadilla que ningún niño quisiera tener...

—Te comprendo, pero al menos me tienes a mí-me dijo abalanzándose sobre mí dejándome caer de espaldas sobre la cama quedando ahorcajada.

—¿Qué haces?-le pregunté sorprendido.

—Siempre te deseé, pero nunca tuve la oportunidad-continuó besándome y sujetando mi cara con las manos, mientras que yo empecé a acariciarle el oscuro cabello.

Su aroma cubría nuestros cuerpos. En ese instante, me abrió la grisácea camisa y empezó a besar mi pecho, a continuación mi cuello, y por último los labios. Todo a mi alrededor se volvió de rosa haciéndome creer que estaba en el Paraíso.

Tras varios minutos frotando nuestros cuerpos, me susurró al oído una frase que me sobresalta cada vez que la recuerdo...

—Quiero un hijo tuyo.

Al escuchar tal frase, la empujé suavemente dejándola caer a mi lado, y a continuación, sentándome en la cama mientras me abrochaba los botones de la camisa.

—¿Qué te ocurre?-me preguntó acariciándome el pecho.

—¿Estás loca?

—Tan sólo quiero formar una familia, al igual que tú.

—Pero al decírtelo no me refería a eso exactamente, quiero formar una familia lejos de esta fúnebre casa y alejada de vuestros hermanos.

—Lo siento si te he ofendido... Pero sólo quería lo mejor para nosotros.

—No te preocupes, me voy a mi dormitorio-le dije levantándome de la cama y saliendo por la puerta.

—No, Luke, por favor... Vuelve, lo siento mucho, no quería ser tan rápida, lo he hecho con la mejor intención para nosotros-ignoraba sus palabras a la vez que cerraba la puerta.

Iba directamente a mi habitación, cuando Charlie se me acercó.

—Chico, ¿te gustaría estar un rato al mando de la joven?

—¿Por qué me dices eso?

—Pues para comprobar que tienes talento para cuidar de un rehén.

—Uhm, de acuerdo, ¿hasta cuánto tiempo tengo que estar ahí?

—Pues hasta que a ti te plazca.

Me dirigí hasta la puerta de madera que separaba el pasillo del calabozo, desde las rejillas podía contemplar a la joven en una esquina de la sala, encadenada, y de sus azules ojos no paraban de fluir lágrimas.

PARTE 5: El interrogatorio

No hay comentarios:

Publicar un comentario