¿POR QUÉ A MÍ? (Parte 5)

PARTE 4

5.- EL INTERROGATORIO

—¡Eh!-le dije, soltó un pequeño grito de lo asustada que estaba-, no te preocupes, acércate, no te voy a hacer nada. Yo no soy como ellos.

La joven se acercaba lo más que podía hasta que las cadenas se lo impedían.

—¿Cómo te llamas?

—Sa... rah...-me respondió tartamudeando de los nervios.

—¿Sarah?—ella afirmó con la cabeza-Bonito nombre... ¿Cuántos años tienes?

—Tengo dieciséis... Los... cumplí... hace una... semana...

—Yo tengo diecisiete, ¿sabes la razón por la que te han traído?

—¿Tú... no lo sabes? No te creas que sea tonta ahora...

—No creo eso, en absoluto... Es que no me han querido comentar el por qué de tu secuestro, tan sólo me dijeron que servirías para ganar gran cantidad de dinero...

—¡Ah! Entonces es por eso...-me miró a los ojos-Lo que quieren es ganar dinero... para poder escapar de aquí... Son listos, después de todo...

—Y tú, ¿cómo se supone que sabes todo esto?-le pregunté sorprendido al escuchar sus palabras.

—Mi padre es el fiscal de la ciudad, y...-le hice un gesto con las manos que bajara el volumen-y... él está atento a todos los pasos que están dando.

—¿Y por qué no los han matado ya, sabiendo todos los crímenes y robos que realizan?

—Prefieren atraparlos vivos y a salvo, para que tengan una muerte lenta y sufrida dentro de una celda.

—Pero...-eché la mirada abajo-Los únicos que se encargan de matar y de torturar a sus víctimas, son David y Richard... Eddie y Charlie son buenas personas, tan sólo hacen el "trabajo" para complacer a su padre. Y Nat... Pues, Nat no tiene explicación alguna, puede ser muy buena persona, y a la vez la persona más despreciable que jamás podrías haber conocido...

—¿Me harías un gran favor?-me preguntó mirándome fijamente a los labios.

—Pues según el que sea-saqué una sonrisa burlona.

—¿Me ayudarías a salir de aquí, y a cambio te haría lo que quieras?-me preguntaba mientras se mordía el labio inferior.

—Te podría ayudar a salir, sí, pero a cambio de nada, yo no soy de esas personas.

—Bueno, de acuerdo... ¿Qué te parece intentar huir esta misma noche?-me observó el rostro desde los labios hasta los ojos-Me pareces buen chaval.

—Está bien, pero primero tengo que intentar encontrar las llaves-en ese instante unos pasos les alertaron, y Sarah se alejó de la puerta, volviendo a la misma esquina, me giré y me sorprendí al ver que era Charlie.

—¿De qué hablabais?

—De nada interesante. Sólo le pregunté por el nombre.

—¿Haciéndote amigo de la rehén?

—Nada, sólo intentaba que no se sintiera incómoda.

—Está bien... Y lo de ¿encontrar las llaves?

El corazón se me aceleró.

—Creo que has escuchado mal...

—¿Sabes que no está bien engañar a un adulto?

—Bueno, ¿me prometes que no se lo dirás ni a tus hermanos y ni a tu padre?

—Puedes confiar en mí, sabes que yo te comprendo, no soy como mis hermanos, al contrario, desde siempre he estado en contra de ellos, pero si me fuera, no tendría a dónde quedarme.

—Pues de lo que hemos hablado, es de intentar huir esta misma noche-se hizo el silencio-, ¿por qué la habéis secuestrado?

—Es la hija del fiscal. ¿Por qué crees que la hemos secuestrado?

—¡Pero ella no tiene culpa de nada!

—Si lo piensas así... Es cierto, pero la necesitamos para que nos den gran cantidad de dinero y huir a otro país, como por ejemplo a Cuba, para perdernos de la policía.

—Yo pienso que estaríais mejor entre rejas-dijo Sarah.

—Charlie, opino que si os vais, siempre estaríais con el temor de que os encontraran, lo mejor sería que dejarais este "trabajo", e ir buscando por otros lados, seguro que tendríais alguna oportunidad.

—Me parece imposible...

—¿Por qué dices eso?

—Hay algo que debas saber, sólo Eddie y yo, somos hermanos, nos secuestraron Richard y otros dos hombres y una mujer, los cuales al tiempo murieron abatidos por la policía, yo tenía unos seis años, y Eddie, cuatro..

—¿Y sabes el por qué os secuestró a vosotros?-pregunté sorprendido tras oír esa respuesta.

—Porque nosotros éramos persona de dinero, y a Richard, junto a los otros, que creo recordar que eran sus dos hermanos mayores y su pareja, estaban muy mal económicamente, y tenían que vivir en la calle, pero cierto día, o al menos eso me contaron, el alcalde decidió castigarlos por robar comida y ropa en los mercados. Y el castigo de ellos fue, llevarlos atados a la plaza principal, y a que todo el mundo les lanzaran comida y que lo abuchearan, y nadie hacía nada por impedirlo. Eso les dieron tanta rabia, que decidieron, años después, vengarse de todos los que les hicieron sufrir de tal manera. Y pensaron que la mejor forma de hacerlos sufrir, era secuestrándonos a nosotros, o sea, los hijos del alcalde, nuestro padre.

—Entonces... ¿Por qué me escogisteis a mí?

—Pues porque eras el hijo del alcalde, el cual seguía las normas de los antiguos alcaldes de la ciudad. Y una de las normas, era la de atrapar a Richard para recuperar a sus hijos, pero como llevamos demasiados años vengándonos de ellos, también quieren atraparnos a nosotros.

—¿Y... no saben dónde nos encontramos?

—No, nadie pensaría que estamos escondidos en uno de los cobertizos de la fábrica abandonada. Además, siempre hemos salido de noche, así que nadie nos han visto salir aún.

—Y si solo raptaban a los hijos de los alcaldes por venganza-decía Sarah-¿por qué me habéis atrapado a mí? Soy la hija del fiscal, no la del alcalde...

—Pues es tan simple, como que tras la muerte del alcalde...

—¿¿Por qué matasteis a mis padres-le corté la frase-si el trato solo trataba de secuestrar a los hijos??

—Eso no lo sé yo, a mí también me desconcierta, yo no maté a ninguno de los dos, lo único que hice fue sujetarte para que no gritaras y llamaras la atención del resto de los vecinos.

—Entiendo... ¿Y cuándo llegó David y Nat?

—Pues Nat, se la quitamos a tu madre nada más dar a luz.

—¿Te refieres a que es mi hermana?-me sobresalté-¡¿He estado todo este tiempo enamorado de mi propia hermana?!

—Ssh... Baja la voz, nos van a escuchar...

—¿Qué íbamos a escuchar?-preguntó Richard, el cual venía junto a Eddie y David.

PARTE 6: La huida - I