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29 de diciembre de 2016

¿POR QUÉ A MÍ? (Parte 6)


PARTE 5

6.- LA HUIDA I


Charlie me miró con una sonrisa, y a continuación le alzó un puñetazo en la cara a Richard, dejándolo inconsciente en el suelo.

—¡¡¿¿QUÉ HACES??!!-le gritó David a Charlie.

En ese mismo instante, Eddie, el cual estaba detrás, sujetó la cabeza de David y la golpeó contra la pared. Seguía consciente, pero débil, por lo tanto, lo dejaron en el suelo.

—¿Qué ocurre aquí?-preguntó Nat tras oír el escándalo, y observando los dos cuerpos en el suelo-¡¡Hermano!! ¡¡Padre!! ¿¿Qué les habéis hecho??

—Te queda mucho por entender, pequeña-le comentó Charlie.

—Saquemos a Sarah del calabozo-les rogué.

—Las llaves tienen que estar en el despacho de Richard-—le dijo Eddie a Nat-, corre, antes de que David reaccione.

Nat fue en busca de las llaves.

—Sarah, no te preocupes, pronto te sacaremos de aquí-le dije observándola desde las rejillas-¿creéis que Richard está muerto?

—Espero que no...-comentó Charlie agachándose y midiéndole las pulsaciones de la muñeca-sigue con vida, si muere, tendríamos graves problemas.

—Charlie... Eddie...-decía David desde el suelo-Os juro que os mataré...

—¡Cierra la boca!-le gritó Eddie.

—¡Ya las tengo!-dijo Nat con las llaves en la mano.

—A ver... Dámelas-le ordenó Charlie.

Abrió la puerta del calabozo, y a continuación desencadenó a Sarah.

—¡¡Muchas gracias!!-le dijo abrazando a Charlie, miró a Luke, y a continuación me acerqué a ella abrazándola-Muchísimas gracias, a ti también, Luke-me dio un beso en el mejilla.

Se podía escuchar a Nat refunfuñando desde la puerta mientras miraba la escena.

—Nat—le decía Eddie-, hay algo que debes saber, Luke, es tu hermano.

—No me mientas, reconocería muy bien a alguien de mi misma sangre—observé como se cruzaba de brazos.

—¡Hermana! ¡Ven!-le dije-¡Estamos a salvo!

Ella se acercó a mí extrañada por la noticia que acababa de oír, y me abrazó.

—Siento lo de antes-me susurró en el oído-, nunca me habría imaginado que estaba enamorada de mi propio hermano.

—Lo mismo digo-le dije sonriendo.

—¡Eddie!-le gritó Charlie-ve abriendo la puerta principal, coge las llaves-le comentó lanzándosela.

Mientras estábamos todos hablando dentro del calabozo, y yo abrazando a Nat, la cual estaba emocionada al saber que estaba en libertad, observé a David levantándose, sacándose una navaja de la bota.

—¡Charlie! ¡¡¡David!!!-le grité.

—¡¡¡Vais a morir por lo que habéis hecho!!!-gritó David lanzándose hacia Nat, la cual estaba de espaldas.

—¡¡¡NO!!!-grité apartándola a un lado y alcanzándome la navaja a uno de los brazos-¡¡¡HUID!!! ¡¡¡DAVID ESTÁ LOCO!!!

No dudé en golpearle en la entrepierna, dejándolo débil en el suelo. Mientras todos huían, yo encerré a David en el calabozo, al menos nos servirían para tener más tiempo de escape. Pero no conté con algo, él seguía teniendo el arma blanca. Richard yacía en el suelo, cuando iba a salir de ahí, él, me sujetó el pie, pero conseguí escaparme. Ya llegué al salón, y escuché la puerta del calabozo golpearse contra la pared.

—¡Luke! ¡Por aquí!-me decía Nat, la cual estaba con el resto en la puerta.

Los pasos de David se escuchaban veloces detrás de mí, pero conseguí alcanzarlos.

Afuera, había unas altas escaleras de acero, las cuales llevaban a la fábrica abandonada. Al llegar arriba, nos encontramos con un largo pasillo lleno de tuberías y de humedad.

PARTE 7: La huida II (Final)

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